lunes, 7 de septiembre de 2015

De caviares y otras cosas iraníes...

No he estado nunca en Irán: los que han ido me han contado maravillas; una sociedad muy distinta de lo que creemos, en un entorno físico y cultural espectacular... y unas gentes amabilísimas...




En la Expoferia agrícola y ganadera de l'Ainsa recalamos en el stand de la piscifactoría de El Grado: compramos allí huevas de trucha y esturión ahumado, y me entretengo mirando los dos esturioncitos que tienen en una pecera:  es la primera vez que veo esos bichos, y los encuentro apasionantes, con su aspecto de bestias prehistóricas, más aún que sus parientes los tiburones. Si pudiese, me los llevaría a casa... me alegro de que ahora crezcan y prosperen en las aguas del Zinca, aunque sea en cautividad; no hace tanto tiempo aún subían por el Guadalquivir....

Junto a ellos anuncian su caviar, el Caviar Per Sé, http://www.caviarperse.com/es... les hago propaganda gratuita, aunque, si me envían una latita en señal de agradecimiento, tampoco les voy a hacer un feo... 30 euros la de 15 gramos, ya me diréis... no descarto comprarme una y darme un homenaje, lo malo es que no tengo la preceptiva cucharita de nácar, y tampoco es cuestión de tomarlo con una de plástico de los vasitos de helado... he probado el caviar un par de veces, en cantidades homeopáticas, y la verdad es que lo he encontrado muy rico: en Rusia, lo vimos, pero no lo catamos; creo que iba más caro aún que aquí.




El Caviar Per Sé me recuerda, inmediatamente, historias sobre Irán y su revolución jomeinista; en sus primeros momentos, los puristas del régimen se plantearon un dilema moral: los musulmanes solo pueden comer pescado que tenga escamas -creo que los judíos comparten dicho precepto-, y el esturión, como el tiburón o la raya, tienen una piel rasposa como la lija: ¿Era lícito seguir exportando los huevos de un animal impuro, aunque constituyese una saneada fuente de ingresos...? Se reunió un consejo de ayatolás y decidieron que... el esturión tenía escamas;: microscópicas, pero escamas... ¡No problema...! ¿Quién dijo que las religiones son siempre irracionales...? Me recordó la historia que contaban de los frailes de un monasterio que, cada año, tiraban un cerdo a la alberca, lo pescaban con un gancho, y decían, alborozados... "¡Ya tenemos pescado para la Cuaresma...!"

Hace varios años ganó el Premio Espiello un documental realizado por una joven directora iraní, Sudabeth Mortezari, "In the bazar of sexes", que nos presentaba una curiosísima institución iraní. El Islam prohibe las relaciones sexuales fuera del matrimonio, como todas las religiones que conozco -y si hay alguna excepción, mandadme información, por favor...-. Pero, claro, la carne es débil, y no es cuestión de tener excomulgados al setenta o el ochenta por ciento de la población. Solución... se admite... ¡el matrimonio temporal! Aparte, por supuesto, de la poligamia digamos normal...

La realizadora entrevistaba a un joven y barbudo ayatolá, algo pasadito de kilos: me vais a perdonar la maldad; era justamente como Oriol Junqueras con turbante negro... "¿Se puede casar un hombre por un breve periodo de tiempo..." "Si" "¿Por una o dos horas?"... "Si" "¿Varias veces al día...?" "Si" (el ayatolá pensaría... "mientras el cuerpo aguante...") "¿El procedimiento es sencillo?" "Si; vienen aquí los novios, el novio me da una cantidad de dinero, yo se la paso a la novia, y ya está..." -Algo irá a parar al cepillo, picarón, pensaba yo...-"Y las mujeres, ¿se pueden también casar tantas veces...?" "No; tienen que dejar pasar unos cuarenta días, para comprobar que no se han quedado embarazadas..." y añadía, juntando sus manos regordetas y poniendo los ojos en blanco..."Si no... ¿qué diferencia habría con la prostitución...?": todos los que vimos el documental, alucinamos...

El materialista y racionalista que hay en mí pensaba que alguna razón debía tener dicha institución; recordemos que, en la guerra entre Iran e Irak, cuando los occidentales apoyábamos abiertamente a Sadam Hussein, murieron decenas de miles de iraníes: me imagino que hombres casaderos llegaron a transformarse en un bien escaso, y era cuestión de repartirlos bien entre las señoras, aunque a cada una le tocasen tan solo dos o tres semanas al año... por aquel entonces, Sadam usaba gases indiscriminadamente contra combatientes y población civil: muchos de los gaseados quedaban temporalmente ciegos -como le ocurrió al propio Hitler cuando lo gasearon los ingleses en Ypres-, y el ejército iraní los enviaba a ser tratados en la Clínica Barraquer, en Barcelona: precisamente tenían un piso franco cerca de mi casa, y compartíamos peluquería; no llegué a verlos -ni ellos a mí, por supuesto-, pero mi peluquero me contaba que, cada quince días, iban a cortarse el pelo, disciplinadamente, como buenos soldados, acompañados de un hombre mayor -posiblemente un suboficial- que los mantenía a raya... candidatos, pobres, a diversos y sucesivos matrimonios temporales...

De todas maneras, se veía claramente en el documental que la mayoría de las esposas temporales aspiraban a, por decirlo de alguna manera, acceder al contrato indefinido, y consideraban la etapa transitoria como un periodo de prueba... así lo expresaba una de las entrevistadas, no una señora del medio rural cubierta de negro hasta el suelo, dispuesta a competir con los encantos de las burras, sino una joven y atractiva empresaria urbana -tenía una peluquería con varias dependientas-, vestida a la occidental, con la que te podrías cruzar en cualquier calle de Barcelona, e incluso volverte a mirarla... "¡Sé que me pedirá continuar, estoy segura...!" Precisamente se habló mucho del caso de la esposa temporal de un conocido futbolista que, al no renovar contrato, se tomó la justicia por su mano y se cargó a su esposo ya en periodo de caducidad... problemas derivados de la flexibilidad...

Recordaba que, en la época de la revolución islámica, corrió por ahí un librito conteniendo preceptos morales atribuidos a Jomeini; creo que aún debo tener por casa un ejemplar... no me atrevo a descartar que se tratase de una burda manipulación occidental tomándose a cachondeo una figura que, se quiera o no, marcó un antes y un después, y acabó con el imperio de un Sha que quedaba muy bien en las páginas del "Hola!", pero no dejaba de dirigir un régimen autoritario con una policía política, la Savak, que pondría el vello de punta a la mismísima Gestapo...

Algunos de los preceptos me parecían sumamente correctos: por ejemplo, prohibía consumir la carne de un animal si, previamente, habías mantenido relaciones sexuales con él: ¿Qué menos, no...?... también prohibía a los varones orinar en dirección a la Meca... suerte que también tienen prohibido el consumo de alcohol, porque, después de cinco cervezas, ya te digo yo que andar buscando la brújula... ahora hay hasta aplicaciones para el móvil... precisamente el otro día, de fiestas en Boltaña, vi a un joven subsahariano colocarse junto a su puesto de sombreritos de plástico y guirnaldas de leds, extender su alfombrilla, y orar en dirección al Castillo: tentado estuve de advertirle... "Señor, que la Meca debe caer un poco más a su derecha...", pero me abstuve porque, de corregir su posición, se hubiese puesto perpendicular a la pendiente orográfica, y podría haber acabado haciendo la croqueta hacia el centro de la plaza... quizás tienen también una dispensa para esos casos... por la hora -en el descanso entre sesiones de baile- debía ser la Oración del Ishá, la de la Noche, y recordaba cuanto nos gustaba, en Marrakech, oir la melancólica llamada del Muecín desde la mezquita vecina a nuestro Riad... "Aláhu Akbar...!"






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