viernes, 4 de septiembre de 2015

Carta abierta a Raül Romeva






Querido Raül:

Me perdonarás por dirigirme a ti con semejante familiaridad, pero, aunque no me recuerdes por mi nombre -te he saludado varias veces, al verte acompañado de amigos comunes- he sido un hombre importante en tu vida: junto a otras decenas de miles de ciudadanos -tampoco tantos-, te enviamos al Parlamento Europeo, a trabajar en la construcción de una Europa conforme a nuestras ideas, minoritarias, eso sí, pero tan respetables como las de cualquier otro.

Mentiría si te dijese que tu desempeño como europarlamentario satisfizo siempre mis expectativas: incluso puede que sea buen momento para confesarte que, en la fausta ocasión en que firmaste una valiente denuncia contra la Federación Española de Fútbol -y, por extensión, el Reino de España- por no haber sancionado el alevoso pisotón del conocido franquista Pepe a nuestro idolatrado Messi, fui uno de los que llamó a Iniciativa per Catalunya para preguntar a mis superiores si semejante tontería era cierta… “Por desgracia, si, pero ya le hemos dado un toque..” fue la diplomática respuesta… aún no se había producido tu no menos valiosa intervención en el caso de los F-18 espanyols que acojonaban a los pacíficos habitantes del Pallars, que, entre otras cosas, tienen como primera empresa de la comarca la Academia General Básica de Suboficiales…

En efecto, como podrás deducir, estuvimos durante un tiempo en la misma formación política; yo, en concreto, he sido un fiel y discreto militante desde 1986 -me entregó el carnet del Cincuentenario del PSUC Gerardo Iglesias, a la sazón Secretario General de un Partido Hermano que existía en el vecino país-, y no he llegado a cumplir los treinta añitos porque, en uno de sus recientes virajes y contravirajes en materia del Procès, cuando llegó un momento en que no es que no estuviese de acuerdo con las posiciones que se adoptaban, sino que era incapaz de entenderlas, salí disparado por las orejas, y no me quedó más remedio que cometer lo más parecido a la apostasía que puede permitirse un laico: ordenar a mi banco que devolviese los recibos de la cuota; y ahora vago por los espacios siderales como un ectoplasma político, sometido a las tentaciones más insospechadas; pero ese es mi drama personal, y no vamos a hablar de él… tú, el tuyo, ya lo has resuelto, y debo decirte que, en mi opinión, brillantemente.

Pero no dejabas de ser “Mi” Raül Romeva, y debo reconocer que, en unas recientes declaraciones, has sido el bálsamo que ha calmado mis tribulaciones, cada vez más acusadas, ante el Procés que os traéis entre manos: He leído -corrígeme si no es cierto- que en el futuro Nou Estat podré conservar mi nacionalidad española, mi pasaporte europeo -cosas todas que, por cierto, ya me garantizan la Constitución de mi País y los Tratados de los que es signatario- y aún más importante, mi vinculación al sistema fiscal español y a su sistema de pensiones.

Raül; estoy jubilado después de largos años de servicio a la Administración Central del Estado -no llegó a un lustro- y a la Generalitat de Catalunya… mi pensión es mi alegría, mi rayito de sol en el ocaso de mi existencia… no es que sea para tirar cohetes, pero me permite una vida digna… la verdad, veros jugar con esteladas y antorchas puede hacerme más o menos gracia, pero si veo vuestras manitas pecadoras cerca de mi pensión, me empiezo a preocupar seriamente: no es que sea motivo de tranquilidad depender del sistema español, pero en las próximas Elecciones Generales confío en que se pueda hacer algo al respecto… el problema es otro:

Estais proponiendo la creación, en breves fechas, de un Nou Estat del que poco sabemos; tenemos pocos indicios; seremos como Austria, Holanda y Dinamarca… países en  los que, por cierto, están creciendo opciones populístas y xenófobas que ponen el pelo de punta… también sé, porque lo leí en un cartel en el Metro, de l’ANC, que en el Nou Estat se podrá comer helado cada día, cosa que, en principio, podría llegar a interesarme… pocas pistas más tenemos…el problema es que sí conozco bastante de cerca a algunas de las personas que, todo parece indicar, van a construir dicho Estat Nou, bajo la presidencia  -por más que tú tirases alguna cortina de humo al respecto- de un astuto ciudadano -no excesivamente Nou- que, ayer mismo, afirmaba en público no ser personalmente corrupto -eso es bueno, y tranquiliza-, pero no tener una idea muy exacta de las finanzas de su Partido, del cual es líder, por sucesión directa, desde hace bastantes años; y eso no es bueno, y no tranquiliza… y en cuanto a gobernar con los companys de Esquerra… bueno, también lo he visto de cerca, y debo reconocer que es una experiencia estimulante, no lo dudo, pero tampoco excesivamente tranquilizadora. Y uno, a mis años, lo que pide es tranquilidad.


Querido Raül: de tu privilegiada posición al frente de la lista del “Sí” no se deduce qué niveles de responsabilidad vas a desempeñar en el Nou Estat: supongo, eso sí, que tú ya debes tener alguna idea, y que dicho nivel te permite hacer las afirmaciones que tanto me han tranquilizado: porque si, en síntesis, puedo seguir en la ciudad en que he nacido, en mi casita, incluso en mi sofá, sometido a la normativa constitucional que en su día voté, y prometí cumplir y hacer cumplir, y con todos los derechos y deberes que me confieren mi condición de ciudadano de un país -viejo- de la Unión Europea, si puedes garantizarme eso, a ser posible por escrito, y firmado…- no digo yo que me importe un pito lo que salga de las urnas el histórico 27-S, pero, por lo menos, podré dormir más tranquilo las noches que faltan hasta el evento… ¡Muchas gracias de antemano, Cap de Llista!

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