jueves, 23 de junio de 2016

¡Akelarre!


Por supuesto, es una broma, y me la perdonaréis mis amigos del Partido del Gobierno en Funciones, que los tengo, y algunos muy buenos y muy queridos...








Aún no habían acabado de sonar las campanas de la iglesia, señalando las doce en punto de la noche más corta del año, cuando las ví acercarse,  girando en carrusel sobre las ruinas del castillo, para después ir tomando tierra, una tras otra, con gran algarabía: no montaban en escobas –que, en sus casas, solo deben manejar las asistentas filipinas- sino en grandes, repulsivas gaviotas, que pronto cubrieron el suelo con sus hediondos excrementos. Reconocí a muchas de ellas; estaba allí Soraya, Cospedal, Sánchez Camacho, Luisa Fernanda Rudi –no en vano estábamos en Aragón-, Rita Barberá (montada en dos gaviotas, por motivos obvios), la Lideresa, en calcetines…acompañadas por otras muchas, cientos y cientos, con sus mechas rubias, sus medias negras, sus jerseys de angora y sus collarcitos de perlas… bailaban en círculo, cogidas de la mano, cantando a coro con voces aguardentosas, pero de ginebra “premium”: “¡Aborto es, matar bebés!”, “¡Zapatero, embustero!”, “¡Zapatero, vete con tu abuelo!”… a un ritmo cada vez más frenético…

De repente, salido de un helicóptero que se estrelló ruidosamente en medio del círculo, apareció entre una nube de azufre el Macho Cabrío, el rey del Aquelarre. Inconfundible, a pesar de los cuernos,  su mentón caído cubierto por una barba rala, sus ojos en blanco tras sus gafas redondas… le rodeaban una corte de curillas, corriendo sin cesar en pos de impúberes monaguillos, que se protegían como podían los culitos respingones. Barones territoriales, vestidos impecablemente con trajes regalados, formaban un nuevo corro a su alrededor.

Las danzantes, entre gritos cada vez más excitados (“¡Presidente, Presidente!”), se abalanzaron sobre él, intentando besarle los cuartos traseros, peludos y rematados en pezuñas… pero lo más horrible, lo que helaba la sangre en las venas, era contemplar como, entre las brumas provocadas por la nube de azufre, se entreveía por momentos la silueta baja y culona de un general con faja que, levantando y bajando alternativamente la mano, repetía con voz aflautada y monocorde: “¡Queda inaugurado este aquelarre…!”

Parapetado detrás de unas piedras, contemplaba el espectáculo aterrorizado. Quizás por eso, en un momento, no pude contenerme y entoné, con voz apenas audible, una vieja tonadilla infantil:

“¡Zapatero, zapatero.
mete la lezna
por el agujero!”

Al oír la cancioncilla, todas las asistentes al aquelarre se arrojaron al suelo, aullando de pavor, mientras se rasgaban las vestiduras –mostrando alguna que otra cosilla interesante, y auténticos montones de pellejos-, se mesaban los cabellos, y se arrojaban sobre ellos puñados de polvo, para, inmediatamente, correr hacia sus gaviotas y levantar el vuelo tan rápidamente como habían venido… el Macho Cabrío, con sus preladitos, sus monaguillos y sus gúrteles, montaron atropelladamente en el helicóptero, que, sin ruido alguno, se perdió también en el aire, e incluso la sombra con la faja roja ascendió directamente hacia el cielo, como un globo pinchado, dirigiéndose hacia el lejanísimo Valle de los Caídos…


Todo eso sucedió en mucho menos tiempo del que necesito para contároslo: aún no se habían extinguido los ecos de las campanadas en las montañas, cuando ya la paz reinaba de nuevo sobre las ruinas del castillo, bañadas por la luz de la luna llena, sobre el valle dormido, donde solo se escuchaban el rugir de las aguas del río y el bramar de las vuvuzelas en alguna retrasmisión televisiva de un partido de los Mundiales.


Necesario P.S.; he querido mantener el texto originario: la lezna es una aguja de grandes dimensiones que utilizan los artesanos para coser el cuero; aunque la cancioncilla no esté exenta de interpretaciones equívocas, que nadie crea que "lezna" es otro de los muchísimos nombres de... Las alusiones a mi llorado -porque nos dejó, y por cómo lo hizo- José Luís, si volviese a escribir el breve cuento, seguramente serían sustituidas por otras, hechas a algún conocido populista radical de izquierdas, irano-venezolano: por ejemplo: "¡¡Todas a cubierto, que viene El Coletas....!!"

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