lunes, 1 de febrero de 2016

Paseando por mi barrio (2)

Sigo calle Alfonso XII arriba...




La plaza de Molina (arquitecto del Siglo XIX) la domina un imponente edificio amarillo; me han dicho que es obra primeriza de Sert. A sus pies, el elegante templete que alberga una estación de los Ferrocarrils de la Generalitat,donde sólo para una línea urbana; las suburbanas pasan de largo, no se muy bien por qué.

Las terracitas de ese lado soleado de la plaza están siempre llenas; predominan los chicos y -¡guau! chicas de mi edad; unos, estrictos controladores de la PSA; las otras, en ese terreno indefinido entre Evax y Tena Lady. Podría intentar ligar con ellas, comparando nuestras recetas de Tratamientos de Larga Duración del Servei Catalá de la Salut, no sé, algo así... Las chicas de la generación anterior -ya quedan pocos chicos- van, en muchos casos, en sillitas de ruedas, propulsadas por sufridos y pacientes hijos e hijas del Altiplano andino. Muchas veces los veo conversar animadamente; ante la imposibilidad de usar sus nativos Catalán y Quechua -o Aymará-, recurren, como "lingua franca", al tosco Castellano de sus comunes invasores; no puedo por menos de recordar un documental visto recientemente, donde un prestigioso antropólogo catalán, tras experimentar una auténtica Epifanía nacional, informaba a sus conocidos de que ya no volvería a usar el Español, por ser "un idioma imperialista"; lo involuntariamente cómico es que se lo decía, en Inglés, a los ingleses... los imagino levantando una ceja y diciendo, displicentes,  "Indeed?".

En este mismo edificio, en un Cock d'Or (la grafía era imprecisa) quedaba yo hace muchos, muchos años, con una chica que me gustaba mucho; investigando en Internet, descubrí que pintaba unos cuadros muy interesantes; le envié un messenger alabándoselos, pero no ha contestado. A veces funciona, a veces no, lo siento, pero gracias a las redes sociales, tan denostadas, he restablecido contactos con personas que han sido importantes en mi vida... te reconforta pensar que también has sido parte, por pequeña que sea, de algunos buenos recuerdos de los demás... brindemos por esos buenos recuerdos, aunque sea con un café, en la Plaza Molina, rodeados de viejos, inminentes colegas.



La Calle Balmes tiene su belleza en su utilidad, cosa que no puede decirse de todo el mundo... si no hay atascos, desde la Ronda de Dalt -el límite de Barcelona por debajo de Collserola - a Plaça Catalunya no estarás más de quince minutos en autobús, y una horita andando, que también es asumible, y todo cuesta abajo... Por mi barrio conserva la trayectoria curva de una antigua zanja de tren recubierta, y, pasada Diagonal, hacia abajo, se rectifica integrándose en la cartesiana trama de l'Eixample. En una pared de aguas -esa horrible herencia del crecimiento urbanístico anárquico-, un anuncio viejuno... "¡Terry me vá!", decía un tío... "¡Usted sí que sabe!", contestaba, picarona una jovencita... Era un coñac, cosa que tomábamos entonces... creo que solo conozco a mi prima Reyes que le siga fiel, aunque ella era más de "Magno".




La Ronda del General Mitre -también conocida como Ronda del Mig- cruza Balmes; pensada en su momento como vía rápida, conserva de tal época una mediana con palmeras. Única vía barcelonesa con nombre de militar -de las decenas que había en mis años mozos- tiene la supervivencia garantizada, por ser su titular argentino -como nuestro primer Teniente de Alcalde- y masón... Personaje legendario, enemigo de federalistas y confederales, llegó a ser amigo de Garibaldi... falleció -vaya por Dios- de colitis, y está enterrado en el cementerio de la Recoleta... dentro de pocos días seré vecino suyo, y prometo ir a hacerle una visita. En un piso de General Mitre conocí a Laura, mi primera mujer, y en otro, cerca de donde está hecha esta foto, nació Blanca. También Jordi Pujol vive en ella, hay Ronda General Mitre para todos los gustos.






En el parking de este inocente edificio, en las faldas ya del Putxet, un montículo recubierto de edificios residenciales y un hermoso parque, se cometieron años atrás dos horribles crímenes: en días muy próximos fueron asesinadas dos señoras, de parecida edad y aspecto, pero que aparcaban sus coches en distintas plantas, lo que dio pie a fantásticas elucubraciones sobre crímenes por encargo con inicial error en la víctima: la verdad, todavía más sórdida, era que un asesino que pretendía robar a sus víctimas las había elegido aleatoriamente... en los lugares donde se ha manifestado el Mal queda siempre flotando un algo impalpable, sientes un escalofrío recorriendo tu espina dorsal cuando pasas junto a ellos... brrrrr!






Junto a Balmes está el Parque de Monteroles, en una pequeña afloración rocosa, que lo hace montaraz y poco apto para viejos en Fase Dos. Desde las ventanas de su salón, mi amigo Miguel veía a los alumnos del vecino instituto dedicarse a fumar botánica recreativa, entre ellos a algún hijo nuestro... sacristán antes que fraile, se reía, y luego lo comentábamos... Desde lo alto del Turó de Monteroles, forzando la vista, se entrevé el mar, detrás de la increíble polución que cubre una Barcelona donde hace cerca de tres meses que no llueve ni una gota. Junto a una chica muy, muy rubia, que lee apoyada en su bicicleta, se posa una mariposa, una Vanessa atalanta... consigo fotografiarla, tras varios cómicos intentos, y la chica se ríe... al lado del parque está el Colegio Mayor Monterols, del Opus Dei: lo frecuentaba cuando Ximo, el "head hunter" que teníamos destacado en la Facultad de Derecho, me tiraba descaradamente los tejos. Nos invitaban a merendar, pero, antes, teníamos que cantar todos el "Pange lingua"... yo, con tal de comer de gorra... No lo tenían mal los del Opus conmigo, porque yo había sido un muchacho muy piadoso y, además, es un invento de uno de Barbastro, y a mí siempre me han caído muy bien los del Barranqué. Y, bien mirado, hubiese sido un muy competente Subsecretario de cualquier Ministerio... me tiró p'atrás lo del cilicio, yo, que tiemblo ante la idea de ir al dentista... una puerta que se me cerró, o dos, si contamos la del Cielo, en fin...

Casa Sagnier, ya de vuelta... Aquí ich lerne Deutsch!



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