miércoles, 25 de marzo de 2020

"El Juego del Alcalde.." o, lo que llamábamos en fino, "Public choice"

Tiempos estos de decisiones públicas arriesgadas...

Hace muchos, muchos años, un experto en juegos -no un ludópata, un experto en inventar juegos nuevos- le vendió a mi Director General (de Administración Local de la Generalitat de Catalunya) una idea, que a mí me pareció sencillamente genial: el "Juego del Alcalde": mi jefe le encargó ni se sabe cuántos ejemplares, -no debían ser baratos, venían en una caja muy bien presentada- y los difundió entre toda la Administración Local catalana: debo tener por ahí mi ejemplar, sin estrenar -ya jugué bastante en el trabajo-, algún día lo donaré a un museo...

En líneas generales, el Alcalde disponía de un número determinado de, llamémoslo así, unidades presupuestarias, que podían ser millones de pesetas de las de entonces: ante él había una serie de necesidades que cubrir: el alcalde -debería ser todo el equipo de gobierno municipal, pero se personalizaba mucho- tenía que distribuir esas unidades entre las distintas necesidades, es decir, priorizar unas sobre otras...

Cada necesidad tenía asignados unos beneficios para el alcalde: no en comisiones, no se consideraba el 3%, sino en apoyo popular: si las cubría, ganaba X votos; si las postergaba, perdía Y... podía disponer de más unidades, incrementando la presión fiscal -perdía votos-, o disminuirlas rebajando impuestos: eso, por supuesto, hacía ganar votos... el objetivo, ya os lo podéis imaginar, era la reelección.

Y, luego, venían los dados del azar... veamos un caso práctico: un alcalde debía elegir entre construir un Centro Cultural, hermoso edificio muy inaugurable, con su museo, su auditorio, sus salas para las distintas entidades... o reformar las cloacas del pueblo, obra sin el menor relumbrón, poco vistosa, nada inaugurable...

El alcalde, cosa comprensible, optaba por el Centro Cultural: después lanzaba los dados... ¡mala suerte!: "Unas lluvias torrenciales hacen entrar en carga las cloacas: la mierda sale por los váteres de las plantas bajas, e inunda las calles del centro del pueblo"... el alcalde perdía el 80% de su apoyo electoral, y ya podía ponerse a buscar otro trabajo...

Así funcionan las cosas en la realidad: los recursos son limitados, las necesidades, en principio, infinitas, o incluso un poco más... todo gestor público debe tomar decisiones al respecto, sabiendo que, por mucho que analice fría y racionalmente las alternativas -cosa, por otra parte, poco frecuente- siempre habrá elementos imprevisibles... lo seguro, más que previsible, es que la Oposición aprovechará la más mínima cagada para saltarte a la yugular...

Pongamos, por ejemplo, que se produce una pandemia, para evitar el contagio de la cual son imprescindibles las mascarillas... supongamos, que no es mucho suponer, que, al ser una situación a escala universal, el mercado de esos productos se enrarece -y encarece- por momentos... imaginemos que un gobierno central considera más conveniente unificar las compras de mascarillas, para garantizar suministros y precios: pero, obviamente, una gestión unificada implica una gestión más complicada y, sobre todo, más lenta, y no está el momento para tomarse las cosas con calma...

Imaginemos, fácil es imaginarlo, que las administraciones territoriales, tan nerviosas como la central, creen que lograrán suministros más rápidos contratándolos por su cuenta. De precio, a estas alturas del drama, ya ni hablamos... por lo tanto, se saltan la gestión unificadas, y enseñan su garganta a los lobos del mercado..

Todo puede salir bien, o no... tiras los dados del azar, y te sale una cosa así: "Una empresa ful te hace una pirula: puedes perder 35 millones de euros..."

¿Perderás por eso un montón de votos...? Según y como... no necesariamente si, con anterioridad, has invertido muchas, muchas, unidades presupuestaria en dotarte de medios de comunicación propios o afines, que silencien tus meteduras de pata y magnifiquen las de los contrarios... si tomaste esa sabia precaución, ningún problema... una decisión presupuestaria racional, que te permite hacer frente a los riesgos imprevistos con ciertas probabilidades de éxito...



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